Derecho romano

Historia del derecho Romano

El derecho romano es uno de los sistemas jurídicos más influyentes de la historia occidental, que ha tenido una gran influencia en la ley civil de muchos países. Su origen se remonta al siglo V a.C., cuando Roma era una pequeña ciudad estado en la península itálica. A lo largo de su evolución, el derecho romano se fue adaptando a las necesidades y exigencias de la sociedad romana, y se convirtió en un sistema complejo y sofisticado.

Durante la República Romana (509 a.C. – 27 a.C.), el derecho era creado por los magistrados, quienes eran los encargados de dictar sentencias y tomar decisiones en los casos legales que se presentaban. Sin embargo, con el paso del tiempo, la complejidad del derecho romano hizo necesario la creación de un cuerpo de juristas especializados, los llamados «jurisconsultos».

En la época imperial, el emperador tenía el poder de crear leyes y dictar sentencias, lo que provocó la aparición de una gran cantidad de leyes que se fueron compilando en el «Digesto», una obra que recopilaba las opiniones de los juristas más importantes del momento. El «Digesto» fue creado en el siglo III d.C. por orden del emperador Justiniano, y sigue siendo una fuente importante de derecho civil en la actualidad.

El derecho romano se caracterizó por su gran sofisticación y su carácter universalista, que permitió su aplicación en una gran cantidad de territorios y culturas. Su influencia se extendió por toda Europa durante la Edad Media, y muchas de sus instituciones y conceptos siguen presentes en el derecho moderno.

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